Esta semana en ‘Una nueva vida’, Ferit observa a Seyran con la mirada encendida por la impaciencia. Le exige que tome una decisión sobre su matrimonio, que deje de evadir la verdad. Con voz firme, le recuerda que él no es el culpable de sus inseguridades. “Tu padre te asustó tanto que le tienes miedo a la vida”, le dice. “Debes enfrentar tus traumas y superarlos”.

Mientras tanto, tras lo ocurrido en el capítulo 23 de ‘Una nueva vida’, Zerrin, la madre de Pelin, irrumpe en la compañía dispuesta a ajustar cuentas con Ferit. Antes de enfrentarlo, se detiene ante Halis y le agradece su intervención en el asunto de Serder. Con calculada cortesía, le recuerda la entrañable amistad que mantiene con su hija Nuket, aquella joven a la que el patriarca de los Korhan no ha visto en décadas. Pero su verdadero propósito es otro. Cuando finalmente se planta ante Ferit, su voz se vuelve áspera y sus palabras, una orden inapelable: “Rompe con Seyran y cásate con Pelin. No puedes marcharte como si nada. Mi hija solo será feliz cuando te divorcies, cuando la valores y le des lo que merece. Ha pasado demasiados años a tu lado, oculta en la más oscura de las sombras”.

El destino de Fuat y Asuman queda sellado en ‘Una nueva vida’

Atresmedia 

Orhan, por su parte, se desahoga con Defne, confesándole la tormenta que atraviesa a causa de sus problemas familiares. Ella lo observa con compasión, pero también con determinación. “Deja de vivir para los demás”, le aconseja. “Es momento de pensar en tu propia felicidad”. En la cena familiar, el destino de Fuat y Asuman queda sellado. Con una sonrisa cómplice, anuncian que no solo han decidido darse una segunda oportunidad, sino que pronto adoptarán un bebé. Ifakat reacciona con indignación, pero Ferit y Seyran, sin dudarlo, les prometen apoyo incondicional.

El corazón de Seyran es destrozado en ‘Una nueva vida’

Atresmedia 

Harta de ser ignorada, Zerrin busca un último recurso y acude a Gülgun. Su tono es frío, afilado como una amenaza velada. “Habla con tu hijo. Dile que se divorcie y se case con Pelin”, le ordena. Luego, con un destello de advertencia en los ojos, añade: “No estoy jugando. Si no cumples tu palabra, se lo contaré todo a Halis. Y si eso no le importa, le daré nuevos detalles sobre la hija que tiene en Londres”. Esa noche, Seyran se permite dudar. Está dispuesta a entregarse a Ferit, a vivir por fin ese amor que tanto la ha hecho sufrir. Pero el destino es cruel y las palabras ajenas, letales. Una conversación entre Ferit y su madre sobre Pelin llega a sus oídos como un puñal. Su decisión cambia en un instante. En silencio, se acerca a él, desliza el anillo de boda de su dedo y se lo entrega. Es su despedida. Es el final.