En casa de los Şanlı, Seyran se derrumba al enterarse de que Ferit va a casarse con Pelin. Aunque todo parece confirmar la noticia, necesita mirarlo a los ojos y preguntarle directamente si es cierto que se ha comprometido… cuando ni siquiera ha terminado aún el proceso de divorcio. El reencuentro entre ambos está cargado de dolor, y la conversación que mantienen deja a los dos visiblemente afectados.

Entretanto, Suna vive su propio calvario. La idea de su boda con Saffet la ahoga, no deja de recordar a Abidin mientras se prueba vestidos de novia. El miedo y la angustia la consumen hasta el punto de desmayarse cuando se entera de que su prometido ya ha fijado la fecha del enlace.
Y hablando de fechas… contra todo pronóstico, la ratificación del divorcio entre Seyran y Ferit se adelanta. Ambos acuden al juzgado acompañados de sus familias y de los Ihsanli. Es el momento de responder si realmente desean seguir adelante con la disolución de su matrimonio. Tanto Halis como Kazim presionan para que no haya marcha atrás.
Con los ojos enrojecidos, al borde del llanto, Ferit dice que sí. Sí, quiere divorciarse. Pero aún queda la respuesta de Seyran. Ella tiene la última palabra.