Los actores de Una nueva vida se convierten en una verdadera familia: “No solo rodábamos una serie, compartíamos la vida”
Después de tres intensos años de trabajo, emociones y crecimiento compartido, el elenco de Una nueva vida ha demostrado que los lazos creados durante el rodaje van mucho más allá de lo profesional. Lo que comenzó como un proyecto de ficción se ha convertido en una experiencia transformadora para muchos de sus actores, en especial para Beril Pozam, quien ha compartido un emotivo testimonio sobre lo vivido junto a sus compañeros.
“Durante estos tres años no solo rodábamos una serie, también compartíamos la vida”, ha confesado la intérprete de Suna, una de las figuras más queridas de la producción. En sus palabras, se percibe una mezcla de nostalgia y gratitud al recordar los momentos vividos dentro y fuera del set: “Lloramos juntos, reímos, nos ayudamos… incluso hubo veces que nos entendíamos sin necesidad de hablar”.
Beril también relató cómo el compañerismo trascendía el entorno laboral: cocinaban los unos para los otros, organizaban encuentros fuera del rodaje y siempre se ofrecían apoyo mutuo, como una verdadera familia. “Cocinábamos, quedábamos fuera del rodaje, nos apoyábamos”, añadió, con emoción.
Estos gestos y recuerdos dejan claro que Una nueva vida no solo ha sido una serie exitosa en pantalla, sino también un espacio de unión humana, donde se forjaron amistades profundas y relaciones que marcarán para siempre a quienes formaron parte del proyecto.
El público, que ha seguido con pasión cada episodio, también ha sido testigo del cariño real entre los miembros del elenco. Esta complicidad, tan auténtica, sin duda se ha trasladado a la pantalla y es parte del secreto del éxito de la ficción.
Porque más allá del drama, el romance o la intriga, Una nueva vida ha sido también eso: una historia de vínculos reales que perduran cuando se apagan las cámaras.