En el más reciente episodio de Una nueva vida, los Korhan enfrentan uno de los momentos más dolorosos de su historia: el funeral de Fuat. La familia, envuelta en un profundo luto, se reúne para darle el último adiós a quien fue una figura fundamental en sus vidas. La atmósfera está cargada de dolor, silencio y remordimientos que atraviesan a cada uno de los presentes.
Ferit, Seyran y Suna lloran desconsoladamente frente al féretro de Fuat. La culpa los consume, especialmente a Ferit, que no puede evitar preguntarse si pudo haber hecho algo para evitar esta tragedia. Seyran, por su parte, se siente profundamente afectada, tanto por la pérdida como por las tensiones recientes que rodeaban a la familia. Suna, devastada, apenas puede mantenerse en pie durante la ceremonia.
Asuman, completamente destrozada, no logra aceptar la muerte de su gran amor. Su llanto desgarrador conmueve incluso a los más fuertes. Gülgün, madre de Fuat, está paralizada por el dolor; el impacto de esta pérdida la deja en un estado de abatimiento total. Las oraciones acompañan el entierro, pero no bastan para consolar a quienes han quedado atrás.
Mientras el ataúd de Fuat es descendido entre lágrimas y súplicas, queda claro que su partida deja un vacío imposible de llenar. Este funeral no solo marca el final de una vida, sino el comienzo de una etapa llena de preguntas, heridas abiertas y la necesidad de perdón dentro de la familia Korhan.