Esta semana en ‘Una nueva vida’, en la mansión de Saffet, la tragedia se masca como una tormenta que aún no ha estallado pero se siente en el aire. Todo está impregnado de un silencio denso, como si el tiempo mismo contuviera la respiración. Allí, Seyran enfrenta a Tarik con los ojos llenos de fuego y el alma desnuda de miedo. Le habla con una fuerza nacida del amor desesperado. Le dice que puede arrebatarle la vida si así lo desea, pero que ya no podrá separarla de Ferit. Lo llama cobarde, lo acusa de ser un hombre miserable, y le jura que, si es necesario, morirá por Ferit.
Ferit se encuentra con Tarik en un parque desierto, entre árboles que parecen también querer escuchar lo que se avecina. La voz de Ferit es serena pero firme, cargada de la convicción de quien no teme. Le expone tres reglas, tres principios que, según él, definen a un hombre de verdad. La primera, ser valiente; si tienes algo que decir, dilo a la cara. La segunda, temer solo a Dios, y confiar no en las armas sino en el corazón. La tercera, no desear jamás a la mujer de otro; y si lo haces, ten el valor de dispararte a ti mismo. Entonces, sin titubeo, le quita el arma a Tarik y la apoya contra su cabeza, sin que sus ojos vacilen. Luego se da la vuelta y se marcha, dejando atrás no solo a Tarik, sino también al miedo.