La esperada vuelta de Orhan a la mansión Korhan desata una cadena de emociones y conflictos que transforman una simple cena de celebración en un auténtico campo de batalla emocional. Halis organiza un gran banquete para recibirlo, evocando los días dorados de la familia. Sin embargo, el regreso de Orhan está marcado por una tensión latente: aún lleva dentro la rabia y las amenazas recibidas en prisión, especialmente las de Ökkeş.
La cena estalla en caos cuando Kaya, en medio de la velada, anuncia su intención de divorciarse de Suna y la acusa de serle infiel con Ferit. La reacción es inmediata: Ferit se enfurece, Suna rompe en llanto, y Halis detiene a Kaya antes de que llegue a agredirla. El escándalo obliga a Kaya a retirarse mientras Ferit deambula, atormentado aún por sus sentimientos hacia Seyran.
Seyran, por su parte, vive atrapada entre el dolor del sacrificio que hizo por salvar a Orhan y la angustia de haber perdido todo. Decide buscar respuestas y llama a Latif, quien finalmente le confiesa lo sucedido con Kaya y Suna. Llena de ira, Seyran toma la decisión de regresar a la mansión para confrontarlo todo. Junto a Kazım, vuelve decidida a enfrentarse a su pasado. La llegada de ambos deja a todos conmocionados.
Halis intenta humillarla, pero Seyran, por primera vez, responde con valentía, desnudando su dolor frente a toda la familia. Kazım también se enfrenta a Orhan, exigiéndole explicaciones. Aunque este le pide perdón, no es suficiente. Seyran decide marcharse, pero antes lanza una mirada a Suna, quien permanece en silencio, incapaz de seguirla. Esa indiferencia, esa resignación, la hiere profundamente.
Cuando Ferit los ve llegar, enloquece al escuchar que Seyran está comprometida con Akın. En un arrebato violento, golpea a Kazım, expulsa a Akın de la casa y se lleva a Seyran en brazos. Lo que sigue es una escena de tensión absoluta: dentro de la mansión reina un silencio cargado de emociones contenidas.
A solas en su habitación, Ferit le exige respuestas. Seyran, tras intentar ocultar sus verdaderos sentimientos, finalmente admite que aún lo ama. Le cuenta la verdad: su sacrificio fue forzado por las amenazas de Ökkeş y las condiciones impuestas por Kazım. Ferit queda devastado. Ya no está enfadado, sino completamente roto por dentro.
En medio del desconcierto, Halis ordena que Seyran abandone la casa. Pero Ferit, con voz firme, revela ante todos que ella actuó para salvar a Orhan. El nombre de Ökkeş estremece a todos, especialmente a Orhan, que muestra un miedo evidente. Halis, intrigado, recuerda de repente un nombre: Hatice.
Así, entre revelaciones, confesiones, lágrimas y heridas expuestas, Ferit y Seyran se encuentran frente al umbral de una posible reconciliación. No desde la pasión juvenil, sino desde la verdad y el dolor compartido. Tal vez, ese sea el comienzo de una nueva vida juntos.
En el capítulo 62 de Una nueva vida, los hilos del pasado empiezan a desatarse con consecuencias imprevisibles. Ferit, cada vez más convencido de que el peligro que acecha a su familia tiene raíces profundas, decide buscar respuestas en Hattuc, una mujer que podría conocer la verdad sobre Ökkeş, un enemigo envuelto en sombras y secretos. Su viaje a la casa de Kazım no está motivado solo por amor, sino por la necesidad de proteger a todos los Korhan de una venganza que se gesta desde hace décadas.
Aunque Kazım recela de su presencia, permite su ingreso. Ferit logra convencer a Hattuc de que ha llegado la hora de enfrentar el pasado, y ella acepta acompañarlo. En el camino, la mujer calla, pero finalmente accede a hablar. Lo que revela sacude a Halis Korhan: una historia de amor, pérdida y un terrible error del pasado que tiene que ver con Hatice y la identidad de Ökkeş. La confesión provoca un giro inesperado cuando Halis, consumido por el remordimiento, le propone matrimonio a Hattuc, en un gesto que congela a todos.
Mientras tanto, en la mansión Korhan, Seyran regresa, desatando reacciones opuestas. Orhan, al saber que ella se comprometió con Akın para salvarlo, le muestra gratitud y le ofrece su apoyo incondicional. İfakat, en cambio, no oculta su incomodidad. No obstante, el respaldo de Orhan cambia el equilibrio de poder: Seyran recupera espacio y dignidad.
Por otra parte, Suna, llena de celos y resentimiento, discute ferozmente con su hermana y termina abandonando la casa, dejando una herida emocional que podría ser irreparable. Akın, cada vez más perturbado por la situación, observa en silencio mientras su mundo se desmorona y el control de Ökkeş se desvanece. Los hombres de Halis, junto a Şehmuz y el enigmático Kont Ziya, arrasan con todos los refugios de su enemigo, quien permanece oculto.
La tensión alcanza su clímax cuando Orhan y Ferit se dirigen al almacén donde Ökkeş está detenido. Allí, Orhan se enfrenta a su propio pasado y, en lugar de violencia, opta por liberar años de dolor a través de palabras cargadas de verdad. Ferit, testigo del momento, entiende que la venganza no es el camino, sino la sanación.
De vuelta en casa, Ferit se reúne con Seyran y le cuenta todo. Ella se siente aliviada por su sinceridad y la promesa cumplida. Aunque sus corazones aún están heridos, algo ha cambiado: el vínculo empieza a sanar.
Pero no todo es esperanza. Pelin, manipulada por Serter y buscando una salida, lanza una grave acusación contra Ferit: afirma que fue víctima de violación. En una conversación íntima, Ferit confiesa a Seyran que apenas recuerda esa noche, que duda incluso de lo que ocurrió. Esa honestidad rompe las barreras que aún los separaban. Por un instante, ambos se reencuentran no como enemigos, sino como dos almas heridas que aún se aman.
Aun así, el futuro es incierto. El amor resurge, pero las consecuencias de la mentira de Pelin podrían desencadenar nuevas tormentas. La historia entre Ferit y Seyran entra en una nueva fase: más madura, más dolorosa, pero también con una renovada esperanza.