En este intenso episodio, Kazım se encuentra preocupado y alterado por la desaparición de Sultan, la sirvienta que ha trabajado mucho tiempo en la casa. Nadie sabe dónde está ni qué ha pasado con ella, y la tensión crece entre los personajes. Se sospecha que Sultan ha sido víctima de una conspiración dentro de la mansión, donde alguien le habría puesto una sustancia peligrosa en su bebida para hacerle daño, poniendo en riesgo su vida y su futuro.
Kazım está decidido a descubrir la verdad y proteger a su hija, consciente de que en la casa hay personas que conspiran en su contra. Entre acusaciones y tensiones, se revelan secretos y se crean enfrentamientos entre los miembros de la familia y el personal del hogar. La atmósfera es de desconfianza y miedo, con un Kazım que no descansará hasta hacer justicia y enfrentar a los responsables de la traición.
Mientras tanto, Seyran, otra figura clave, enfrenta conflictos familiares y lucha por mantener la unión y la estabilidad en medio de tantas intrigas. El episodio termina con una promesa de confrontaciones y decisiones que marcarán el futuro de todos en la historia.
Ferit está pasando por un momento muy complicado. Se siente atrapado, agobiado y necesita salir a despejarse, pero Seyran no entiende por qué él decide irse justo después de todo lo que han vivido juntos recientemente. Ella le reprocha que abandone la situación en casa, que está al borde del desastre, y le exige que traiga a la mujer responsable de tanto caos para aclarar todo.
Ferit está visiblemente alterado, discutiendo con Seyran sobre lo difícil que es lidiar con todo eso, hasta el punto de sentirse al límite. Pero a pesar de la tensión, hay un momento en que Seyran comprende que Ferit también necesita espacio para respirar, aunque ella misma está sufriendo mucho y se siente sola, incluso abandonada por él.
Mientras tanto, la familia enfrenta la incertidumbre y la frustración, con acusaciones y desconfianzas creciendo en medio del caos. Seyran se siente atrapada entre sus sentimientos y la realidad dura que los rodea, y Ferit, por su parte, lucha con su propia desesperación y dudas.
Este episodio muestra la fragilidad de sus relaciones y cómo el peso de los secretos y las traiciones afecta a cada uno, dejando a todos al borde de un estallido emocional.
En este intenso capítulo, la tensión entre los personajes alcanza un punto crítico. Ferit, después de haber sido retenido toda la noche en la finca con las manos atadas, regresa decidido a poner orden. Le exige a otro personaje que visite el yalı para contarle a Seyran y Kazım que todo fue un plan suyo, confesando que siempre estuvo molesto con Seyran y que buscaba vengarse por cómo lo trataba. Además, debe advertir que si Seyran queda embarazada, su control en la casa aumentará, por eso quiso impedirlo.
Ferit promete no revelar nada de lo que sabe, pero a la vez asegura que no permitirá que lo expulsen del yalı y amenaza con contar todo si intentan echarlo. En paralelo, la historia muestra las complicadas relaciones y malentendidos que se viven en la casa: desde la búsqueda desesperada del teléfono perdido de Ferit hasta los celos y conflictos con Sultan y otros personajes, quienes manipulan y confrontan a Ferit.
La trama se complica aún más con secretos sobre medicinas adulteradas, enfrentamientos familiares y planes para proteger a Seyran, culminando en una atmósfera cargada de suspenso y emoción que promete marcar un antes y un después en la serie.
En este nuevo capítulo de Una nueva vida, las tensiones familiares y los secretos salen a la luz, poniendo a varios personajes contra las cuerdas. Todo comienza con una conversación confidencial en la que se insiste en no revelar nada a nadie, ya que si Ferit se entera, las consecuencias serían catastróficas. Suna guarda silencio y protege el secreto de su tía, mientras que la incomodidad con la segunda esposa de su madre persiste. Pero Suna cree que, con el regreso de su familia, las cosas podrían cambiar y podrían deshacerse de esa mujer de una vez por todas.
En medio de este caos doméstico, un momento aparentemente trivial sirve de alivio emocional: Kaya está haciendo un rosario, lo que sorprende a Suna. Él le explica que es una forma de terapia, un escape, y le muestra con orgullo la pieza que ha fabricado. A pesar de sus diferencias, ambos conectan brevemente, hasta que deciden salir juntos al Gran Bazar para comprar nuevos materiales.
Durante el paseo, las tensiones entre Suna y Kaya aumentan. Ella lo acusa de ser contradictorio, de decir cosas bonitas sin realmente sentirlas, como si intentara quedar bien. Él, por su parte, le asegura que todo lo que dice viene del corazón y que cada vez la entiende mejor. La compara con Ferit, señalando que ambos son iguales: aparentan ser buenos con todos pero en el fondo actúan por egoísmo. Suna se molesta profundamente y le exige que no la compare más con Ferit. La discusión escala hasta que terminan envueltos en una pelea callejera con unos hombres que los provocan. Kaya resulta herido, pero ambos intentan mantener la calma mientras buscan atención médica.
Mientras tanto, en otro frente de la historia, estallan las bombas familiares: se revela que Sultan, bajo órdenes de İfakat, estuvo medicando a Seyran en secreto para impedirle quedar embarazada. La noticia estremece a todos, y aunque İfakat intenta justificarse diciendo que lo hizo por el bien de la familia, la indignación no tarda en llegar. Nuket se convierte en una pieza clave al revelar todo lo que sabía, mientras que İfakat pierde el control y amenaza a quienes la enfrentan.
La tensión llega a su punto máximo cuando İfakat es confrontada directamente y advertida de que si vuelve a actuar por su cuenta, será expulsada como Sultan. Las amenazas, los chantajes y el miedo se apoderan de los personajes, mostrando que detrás de la fachada familiar hay una red de manipulaciones y traiciones que apenas comienza a desmoronarse.