El conflicto emocional entre Ferit y Seyran alcanza un nuevo punto de ebullición. Ferit, en un mar de confusión y dolor, le confiesa a Suna que no puede entender cómo su padre y su esposa parecen haberse unido en su contra. Aunque reconoce su responsabilidad por haber echado a su padre de casa, no logra aceptar que Seyran pueda alejarse de él de verdad. Para él, el amor de ella sigue vivo, lo ve reflejado en sus ojos.
Sin embargo, Suna le lanza una verdad dolorosa: quizás lo que él interpreta como amor no está dirigido a él, sino a otra persona. Le recuerda que Seyran ya fue impulsiva en el pasado, cuando estuvo enamorada de Yusuf y estuvo dispuesta a huir con él. Esto abre una grieta aún mayor en el corazón de Ferit. Él no quiere aceptar que no es el primer amor de Seyran, pero Suna le dice claramente que eso no garantiza que será el último. Ferit, en su desesperación, insiste en que Seyran aún lo ama, que algo más está pasando y que Suna también lo sabe. Pero Suna le responde con dureza: quizás él solo se está engañando a sí mismo.
La tensión estalla cuando aparece Kaya, y se da un enfrentamiento muy acalorado. Ferit lo confronta con celos y furia, acusándolo de haber tenido una relación inapropiada con Seyran. Kaya, por su parte, no se queda callado: le recuerda que él estuvo presente en la vida de Suna antes de que Ferit llegara, y seguirá estando después de que él se vaya. Ferit lo acusa de haber cruzado límites, de reunirse a escondidas con su esposa, de crear dudas y destruir la relación. El conflicto sube de tono con gritos, insultos, y amenazas físicas.
Suna intenta calmar los ánimos y se distancia de los dos hombres, pero no sin antes expresar su decepción. Ferit, roto, admite que la ama profundamente, pero también empieza a enfrentarse a la dura realidad: quizás su amor no es correspondido como él cree. Mientras tanto, la situación familiar se deteriora. Kaya revela que él y Suna se van a divorciar, decisión tomada porque Suna nunca se sintió parte del apellido Korhan. Esto enfurece a Halis, el patriarca, quien considera una falta total de respeto que esta conversación tenga lugar en un día importante para la familia.
El drama se intensifica cuando Suna es humillada por su suegro. Él le grita que todos estos problemas son consecuencia de su comportamiento, y que tanto ella como Kaya merecen lo que están viviendo. Ferit, cada vez más fuera de control, amenaza a Kaya, que también explota en cólera. Los insultos vuelan, y se dicen cosas muy hirientes: Kaya acusa a Ferit de ser un inútil, Ferit le responde que no vale nada, que nunca será como él, y que su vida fue destruida desde el momento en que se conocieron. La discusión se torna violenta y culmina en un momento aterrador: Kaya casi golpea a Suna, aunque se justifica diciendo que fue un accidente y que nunca le haría daño.
La escena se vuelve aún más amarga cuando Ferit llega con otros miembros de la familia a buscar a Suna. Encuentran a todos discutiendo y en medio de un ambiente muy tenso. Seyran les enfrenta con firmeza. El ambiente está tan cargado de resentimiento y odio, que nadie parece tener el control de sí mismo. Las palabras que se dicen son duras y humillantes. Kazım, el padre de Suna y Seyran, también aparece para enfrentar a los Korhan. Está lleno de rencor, especialmente hacia Halis, a quien le reclama todo el dolor físico y emocional que ha vivido. Pide que él también sufra, que sienta lo mismo que él ha sentido.
Seyran, cansada de todo, decide irse. Le dice a su hermana que es hora de terminar con todo esto y marcharse para siempre. No quiere saber nada más de la familia Korhan. El ambiente es de ruptura definitiva. La familia está dividida, herida, y sin aparente posibilidad de reconciliación.
Este episodio, lleno de tensión, reproches y dolor, marca un antes y un después en la historia. La caída de relaciones fundamentales, las traiciones, y la imposibilidad de controlar los impulsos llevan a todos los personajes a tocar fondo. La lección es clara: cuando no se controla el orgullo, el dolor y los celos, las consecuencias pueden ser devastadoras. En “Una nueva vida”, los personajes están pagando un precio muy alto por no haber sabido controlarse. Y tal vez sea ya demasiado tarde para recuperar lo que se perdió.