Una boda pactada en sombras. Kazim engaña a Suna y a Hatice, prometiéndoles un paseo por la ciudad, pero en lugar de cumplir su palabra, las lleva a la mansión de Saffet, donde su hija será entregada en matrimonio al nieto del temido mafioso. Suna, abatida por la traición, se arrodilla y ruega por su libertad, por su regreso a casa. Pero es inútil. Kazim ya la ha vendido al mejor postor, y la joven, desconsolada, no tiene otra opción que unirse a Saffet, un hombre perturbado, cuya noche de bodas no es más que la manifestación de sus oscuros deseos, centrándose en un fetiche peculiar: los pies de su esposa.
Sin temor, Seyran busca a Ferit, pero en su lugar, es Pelin quien aparece, despojando los mensajes que podrían delatarla, dejando en claro su intención de apartarla de su futuro marido. Sin embargo, Seyran no titubea, desafiante, y le lanza una advertencia que corta como un filo: “Puedes inventarte todos los cuentos de hadas que desees, pero te diré cómo acabará este relato; Ferit y yo no nos separaremos jamás”. En una visita al cementerio, Ferit se enfrenta una vez más al recuerdo de Fuat, ofreciéndole unas palabras cargadas de emoción. Es allí donde, inesperadamente, se cruza con Seyran, quien lo abraza, prometiendo estar a su lado en todo momento. Un niño se acerca a Ferit, entregándole una botella de agua. Pero en su interior se esconde una nota amenazante, que lee: “Solo te quedan unos días”. Ferit, sin dudar, atribuye la amenaza a Tarik, pero guarda el secreto, protegiendo a Seyran de ese oscuro presagio.