La familia Coran atraviesa un momento crítico tras la detención de Oran, lo que desata un caos absoluto. Ferit está furioso y no oculta su resentimiento hacia Seyan, a quien considera responsable de las acciones contra su familia. Para Ferit, las decisiones de Seyan no son casuales, sino una venganza directa: primero rescatar a Kathm y ahora ir tras Oran. Esta serie de eventos representa una traición que Ferit no puede perdonar ni aceptar.
Seyan, por su parte, se mantiene firme y no acepta la culpa ni la responsabilidad de la crisis. Insiste en que Oran debe responder por sus propios errores, defendiendo la justicia. La situación se vuelve aún más tensa cuando la policía arresta también a Ferit y Abidin. Ferit, con una mirada llena de decepción, se distancia de Seyan, dando a entender que para él la relación está rota definitivamente.
Esta crisis no es sólo un conflicto familiar, sino que amenaza con destruir la confianza y la reputación de la poderosa familia Coran y su holding empresarial. La noticia de los arrestos cae como una bomba en la mansión. Alice Coran, al enterarse de que Latife y Facat le han ocultado la verdad, explota de ira y decepción. La sensación de pérdida de control y traición hace que su enfado se dirija directamente a quienes guardaron silencio. Aunque Latif intenta calmar los ánimos insinuando que Oran podría ser inocente, Alice está implacable: todos los implicados deberán asumir las consecuencias.
Este escándalo mancha la imagen de la familia y la empresa de forma irreversible. Mientras tanto, el regreso de Serter a Estambul agita la vida de Pelin profundamente. Tras ver en las noticias que está embarazada, Serter comienza a llamarla insistentemente, perturbando la calma que Pelin había logrado construir. Esta presión la obliga a revivir un pasado que quería olvidar: la relación secreta y breve que tuvo con Serter mientras estaba separada de Ferit.
Esta antigua relación amenaza con destruir el nuevo equilibrio que Pelin ha intentado construir con Ferit. Pelin guarda silencio inicialmente, pero cuando PRL nota un cambio en su actitud, la confronta hasta que ella finalmente confiesa la verdad: la relación con Serter existió, aunque asegura que terminó. Sin embargo, PRL empieza a sospechar sobre la paternidad del bebé, y aunque Pelin se niega a aceptar esa posibilidad, el miedo y la incertidumbre se reflejan en su rostro.
Mientras la salud de Kazma mejora, una noticia médica preocupante llega: podría tener una cojera permanente. Esto desanima a todos momentáneamente, pero Kazma se muestra decidido a dejar atrás sus errores y comenzar de nuevo. Además, la llegada inesperada de un viejo amigo, Okes, proveniente de Gaziantep, despierta emociones y prepara a Kazma para enfrentar sus fantasmas del pasado.
En paralelo, Alice Coran visita la comisaría para informarse sobre la situación familiar y confronta duramente a su hijo Oran, acusándolo de deshonrar el apellido familiar. Su actitud severa desconcierta tanto a Oran como a Ferit. A pesar de la súplica de Ferit para que su abuelo intervenga en favor de Oran, Alice permanece firme y no cede, dejando a Oran enfrentando un proceso judicial.
Iacat intenta controlar el daño mediático, pero la atención de los medios es difícil de manejar y la tensión crece en la mansión. Suna, furiosa con Ifacat por supuestamente encubrir a su padre, provoca una fuerte discusión que sólo se calma con la intervención de Kaya. Pelin, que presencia todo en silencio, se desmaya repentinamente, lo que añade más presión sobre Ferit, atrapado entre los problemas familiares y la delicada salud de Pelin.
Este colapso desata una tormenta emocional que amenaza con destruir el equilibrio frágil que quedaba. Ferit se siente dividido entre el conflicto con su padre, la situación de Pelin y sus propios sentimientos hacia Seyan. La vida parece desmoronarse a su alrededor y el caos lo domina.
Mientras tanto, Seyan, reflexionando sobre las duras palabras de Ferit, tiene un encuentro fortuito con un desconocido cuya actitud amable despierta su atención y presagia cambios importantes en su destino.
De vuelta en la mansión, el enfrentamiento entre Ferit y Alice aumenta la tensión, pues ninguno acepta ceder en sus posturas respecto a Oran. Ifacat intenta mediar, pero Alice también la rechaza. En el hospital, la preocupación por Pelin crece cuando su estado empeora y ambos, Ferit y Seyan, corren hacia ella, llenos de dudas y temor.
La llegada de Okes al hospital genera emociones intensas, especialmente cuando conversa con Kazma, poniendo a prueba si realmente ha cambiado o sigue atrapado en su pasado. Mientras tanto, Suna vuelve a visitar a una adivina, inquieta por las profecías que parecen envolver su destino, y arrastra a Asuman a acompañarla en esta búsqueda.
Cuando Pelin sufre una recaída, la tensión en el hospital alcanza su punto máximo. Cerrin, al enterarse del estado de Pelin y del regreso de Serter, pierde el control y la confronta violentamente, sospechando que el bebé podría no ser de Ferit sino de Serter. La situación explota y Ferit, al escuchar los gritos, interviene expulsando a Cerrin y a PRL, aunque la tensión entre todos sigue latente.
Ferit permanece junto a Pelin por un sentido de responsabilidad, pero no está convencido de la verdad que ella presenta. Su corazón aún está con Seyan y sospecha que Pelin podría estar manipulándolo para ganar su atención. Esta intensa visita al hospital es sólo el inicio de conflictos mayores por venir.
En medio de todo, Wulbun comienza a desconfiar de Sacide, la sirvienta, al descubrir sus llamadas secretas y reuniones sospechosas con Ifacat. Al escucharlas a escondidas, descubre que Pelin estaría planeando sabotear el matrimonio de Ferit y Seyan, lo que le genera una profunda decepción y rabia hacia Pelin y quienes la apoyan.
Mientras tanto, Semud visita a Alice para exigir un trato justo para su hija Pelin, pero Alice mantiene una postura dura, responsabilizando a Pelin por manipular a Ferit y provocando un distanciamiento aún mayor con Semud.
Ferit nota la hostilidad general hacia Pelin en la mansión, incluso la defensa ocasional de Seyan y Semud le resulta confusa. Les pide más comprensión, pero su llamado no es bien recibido, especialmente por Suna y Seyan. Agobiado, Ferit se recluye en su habitación, donde Ifacat le propone tomar acciones decisivas para salvar a Oran, advirtiendo que sin ayuda de Alice será imposible.
En este punto, Ferit se siente atrapado entre su familia, Pelin, Seyan y el peligro que acecha a Oran, sin saber qué camino tomar. Cerrin está convencida de que la única forma de aclarar la duda sobre la paternidad del bebé es mediante una prueba de ADN, pero Pelin se niega rotundamente a hacerla, aunque el miedo a que el pasado con Serter se revele la atormenta.
PRL, que escucha todo sin ser vista, empieza a sospechar que Pelin oculta algo vital. Ferit intenta que Seyan convenza a Kathm para retirar la denuncia contra Oran, pero Seyan rechaza la petición por el trauma y la justicia que exige su padre.
En la mansión, Alice se preocupa por la inestabilidad mental de Nuket, cuyos recuerdos y palabras confusas preocupan a todos, incluida Semud. Nuket finalmente confiesa que tiene un tumor cerebral que afecta su comportamiento, lo que genera temor por su salud y seguridad.
Por último, Pelin, presionada por Serter a través de sus constantes llamadas y exigencias para saber si el bebé es suyo, se niega a hablar más y corta la comunicación, incrementando su pánico. Si la verdad saliera a la luz, no sólo perdería a Ferit sino que toda la familia Coran estaría a punto de vivir un escándalo sin precedentes.