Después de rogar de rodillas, Suna ha tenido que aceptar casarse con Saffet. Kazim y Hattuc lo tienen claro: es el precio que debe pagar.

Kazim ha sorprendido a Suna con una encerrona que la ha dejado sin aliento. Le había dicho a ella y a la tía Hattuc que solo iban a dar un paseo, pero su intención era otra: entregarla a los Ihsanli tras todo lo ocurrido.

Suna, al darse cuenta de lo que pasaba, se ha roto por dentro. Ha suplicado de rodillas a su padre y a Hattuç que no la dejaran allí. “Cometiste un error, pero ¿cuántas vidas más tendrán que pagarlo?”, ha preguntado la tía, haciéndole ver que tenía que resignarse.

Kazim, implacable, le ha recordado que, si los Korhan están de luto por su hijo, ellos podrían ser los siguientes. “Acepta lo que venga”, le ha ordenado Hattuç dejándole claro que era el precio a pagar.

Sin escapatoria y con el alma rota, Suna no ha tenido más opción que aceptar el matrimonio. Vestida de negro, como quien acude a su propio funeral, ha dicho “sí” con mucho dolor.

Mientras su mente y su corazón seguían con Abidin, Suna ha aceptado el destino impuesto por su familia. Un momento desgarrador que marca un nuevo antes y después en su vida. ¿Qué pasará ahora?